El robo de celulares es una actividad del diario
en Colombia, se ha convertido en un crimen que cuesta vidas, donde el ladrón
realiza esta actividad a cambio de obtener una oportunidad económica o una
acumulación de dinero a partir del robo de celulares.
Se debe tener en cuento que
en el 2011 la Presidencia y el Ministerio de Tecnologías de la Información
expidieron el decreto 1963 donde se exige a las empresas de celulares que
debían bloquear todos los teléfonos robados o declarados perdidos. Además, la
Ley de Seguridad Ciudadana estableció penas de ocho años en prisión a quienes
se les acuse de hurto, manipulación, reprogramación y modificación de estos
aparatos electrónicos.
La revista Semana, en su
artículo “El robo de celular, una línea letal”, publicado en su página web,
afirma que en el 2014 se presento una reducción del 18% en el robo de celulares
pero aún así las cifras son preocupantes. El año pasado más de 400 personas
fueron asesinadas por medio de esta actividad y 1.665.810 celulares fueron
declarados hurtados. Según la Comisión de Regulación de Comunicaciones, cada día son robados
4.666 teléfonos, lo cual es una cuestión preocupante para los ciudadanos
colombianos.
Finalmente es lamentable que en el afán de tener la ultima tecnología, no
nos preocupemos por las repercusiones negativas que esto tiene en los seres
humanos, esto se ha convertido en una adicción, por ejemplo las ganas de tener el
último modelo de celular ha llevada a quitarle la vida a personas inocentes y a
perjudicarlos en su diario vivir al estar sumidos en el miedo o temor de perder
la vida como algo tan simple como un celular. Las ciudades se han convertido en
lugares inseguros y no hay justificación válida para estos actos que convierten
la tecnología en un negocio ilegal.
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